domingo, 6 de abril de 2014

MUSEOS SIN BARRERAS





"El éxito de un museo no se mide por el número de visitantes que recibe sino por el número de visitantes a los que ha enseñado alguna cosa”. (Georges Henri Riviere).

Partiendo de esta premisa, conviene reflexionar acerca de la exposición de recursos de adaptabilidad en los museos, donde conviven un sinfín de elementos multiculturales, capaces de poner en común posturas totalmente contrapuestas. Es decir, los llamados "templos de la cultura" poseen, en cierto modo, carácter conciliador.

Por ello, todos, como propulsores de la integración, debemos aportar nuestro grano de arena para hacer efectivo el acceso a aquellas personas con dificultades físicas e intelectuales. El acceso a los contenidos de los museos, debe estar garantizado a todas las personas. Todos tenemos derecho a sentir los diferentes elementos artísticos y disfrutar con ellos.
Esto, se convierte en primordial a la hora de conseguir los objetivos en nuestra labor.


Conviene tener en cuenta todas las dificultades existentes, contando con espacios, alturas, tamaños y, en general, medidas adecuadas para todos los colectivos, incluyendo los discapacitados visuales, motores o auditivos, personas con movilidad temporal reducida, etc. Como comentamos, dar prioridad a la accesibilidad física e intelectual de todos los tipos de público, al patrimonio cultural. Favorecer la superación de obstáculos de información y comunicación encontrados.



En el contexto actual, parece una quimera lograr una gran cobertura en esta cuestión. Aún siguen existiendo barreras, tanto arquitectónicas como sociales, para acercar la información y continuar una línea integradora que incluya al grupo desfavorecido.

En definitiva, falta mucho camino por recorrer en cuanto a integración en la cultura para personas con dificultades psíquicas y físicas.


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