"El éxito de un
museo no se mide por el número de visitantes que recibe sino por el número de
visitantes a los que ha enseñado alguna cosa”. (Georges Henri Riviere).
Partiendo de esta premisa, conviene reflexionar acerca
de la exposición de recursos de adaptabilidad en los museos, donde conviven un
sinfín de elementos multiculturales, capaces de poner en común posturas
totalmente contrapuestas. Es decir, los llamados "templos de la
cultura" poseen, en cierto modo, carácter conciliador.

Esto, se convierte en
primordial a la hora de conseguir los objetivos en nuestra labor.
Conviene
tener en cuenta todas las dificultades existentes, contando con espacios,
alturas, tamaños y, en general, medidas adecuadas para todos los colectivos,
incluyendo los discapacitados visuales, motores o auditivos, personas con
movilidad temporal reducida, etc. Como comentamos, dar prioridad a la
accesibilidad física e intelectual de todos los tipos de público, al patrimonio
cultural. Favorecer la superación de obstáculos de información y comunicación
encontrados.
En el contexto actual,
parece una quimera lograr una gran cobertura en esta cuestión. Aún siguen
existiendo barreras, tanto arquitectónicas como sociales, para acercar la
información y continuar una línea integradora que incluya al grupo
desfavorecido.
En definitiva, falta
mucho camino por recorrer en cuanto a integración en la cultura para personas
con dificultades psíquicas y físicas.
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