
Pobreza severa, precariedad, prostitución, drogodependencia y entre medias, niños. El objetivo de la fotógrafa Zana Briski es ensañarnos este lugar apartado de la imaginación de la sociedad más normalizada, hablamos del llamado Barrio Rojo de Calcuta.
Estos son los ingredientes que forman el documental “Los niños del Barrio Rojo” o “Born into brothels “, un film que permite acercar la vida de los hijos de las prostitutas indias hacia los espectadores. Además, se ponen de manifiesto las graves consecuencias de una infancia perturbadora y extremadamente vulnerable, transmitida de un modo descarnado pero lamentablemente, vigente. Todo ello, tomando como medio de distracción y punto de evasión, la fotografía.
Mediante la cámara de fotos que
Zana regala a Kochi, Avijit, Shanti, Manik, Gour, Suchitra, Tapasi, Puja y
Mamuni, ellos mismos son capaces de reflejar su contexto, emociones y
sentimientos a través de sus propios ojos. Además, pueden mostrar su realidad
social y las distintas formas de percibir el mundo.
Algunos, capturan zonas
emblemáticas de los alrededores del barrio en el que viven, otros se
fotografían entre ellos, e incluso su propia casa. A menudo, enseñaban fotos en
las que intentaban "sacar" a alguno de sus familiares, siendo extraño
verlos sin taparse, absteniéndose a ser contemplados por los demás, y sintiendo
cierta vergüenza a ser mostrados, lo cual, da pie a pensar que ellos mismos
rechazan su modo de vida.
El ejercicio de las fotos, en
cierto modo, se convierte en una forma de "denuncia social", hacia un
gran colectivo para los que estos niños resultan ser indiferentes. La imagen
capturada, pasa a ser la excusa para que ellos puedan acceder por momentos a
otro mundo, un mundo alejado de la inmundicia en la que viven, un mundo
equilibrado, liberador, terapéutico y sobretodo, uno que no discrimina por
pertenecer a familias particulares, en definitiva, un mundo facilitador de
oportunidades.
Durante el desarrollo del
documental, se puede apreciar la "Odisea burocrática" que supone para
los jóvenes poder acceder a la educación, entendida como paso fundamental en su
lucha contra la exclusión social perpetua y, es que sin educación, sus opciones
de salir de ese círculo devastador se reducen a cero. El principal impedimento
con el que se encuentran, son los estigmas sociales que arrastran por tener un
estatus familiar en situación de riesgo. Como hemos dicho anteriormente, la
sociedad les da la espalda en el momento más crítico de su desarrollo. Por lo
tanto, situamos a la educación como el eje principal de generador de
oportunidades de un modo equitativo. Al fin y al cabo, INTEGRADOR.
No queremos concluir esta
entrada, sin mencionar lo que más fascina y a la vez, conmueve de ellos, que es
la madurez que muestran. Una madurez impropia para su edad. La causa principal,
es la realidad social en la que están inmersos, donde su entorno les ha
empujado a crecer emocionalmente a pasos agigantados.
"En mi futuro no hay nada
llamado esperanza", afirmaba Avijit, donde pone de manifiesto que ellos
conocen otras posibilidades e imaginan con ellas, pero dan por sentado de que
son inalcanzables, asumiendo la realidad en la que les ha tocado vivir, siendo
inamovible e invariable para ellos; que meramente son lo que
son, sueños. Aceptan su vida tal y como es, se resignan con ello.
Pensamiento que se les ha ido inculcando desde su propia vivienda.
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