jueves, 6 de marzo de 2014

ANHELO DEL PRIMER MUNDO









Pobreza severa, precariedad, prostitución, drogodependencia y entre medias, niños. El objetivo de la fotógrafa Zana Briski es ensañarnos este lugar apartado de la imaginación de la sociedad más normalizada, hablamos del llamado Barrio Rojo de Calcuta.



Estos son los ingredientes que forman el documental “Los niños del Barrio Rojo” o “Born into brothels “, un film que permite acercar la vida de los hijos de las prostitutas indias hacia los espectadores. Además, se ponen de manifiesto las graves consecuencias de una infancia perturbadora y extremadamente vulnerable, transmitida de un modo descarnado pero lamentablemente, vigente. Todo ello, tomando como medio de distracción y punto de evasión, la fotografía.


Mediante la cámara de fotos que Zana regala a Kochi, Avijit, Shanti, Manik, Gour, Suchitra, Tapasi, Puja y Mamuni, ellos mismos son capaces de reflejar su contexto, emociones y sentimientos a través de sus propios ojos. Además, pueden mostrar su realidad social y las distintas formas de percibir el mundo.

Algunos, capturan zonas emblemáticas de los alrededores del barrio en el que viven, otros se fotografían entre ellos, e incluso su propia casa. A menudo, enseñaban fotos en las que intentaban "sacar" a alguno de sus familiares, siendo extraño verlos sin taparse, absteniéndose a ser contemplados por los demás, y sintiendo cierta vergüenza a ser mostrados, lo cual, da pie a pensar que ellos mismos rechazan su modo de vida.

El ejercicio de las fotos, en cierto modo, se convierte en una forma de "denuncia social", hacia un gran colectivo para los que estos niños resultan ser indiferentes. La imagen capturada, pasa a ser la excusa para que ellos puedan acceder por momentos a otro mundo, un mundo alejado de la inmundicia en la que viven, un mundo equilibrado, liberador, terapéutico y sobretodo, uno que no discrimina por pertenecer a familias particulares, en definitiva, un mundo facilitador de oportunidades. 

Durante el desarrollo del documental, se puede apreciar la "Odisea burocrática" que supone para los jóvenes poder acceder a la educación, entendida como paso fundamental en su lucha contra la exclusión social perpetua y, es que sin educación, sus opciones de salir de ese círculo devastador se reducen a cero. El principal impedimento con el que se encuentran, son los estigmas sociales que arrastran por tener un estatus familiar en situación de riesgo. Como hemos dicho anteriormente, la sociedad les da la espalda en el momento más crítico de su desarrollo. Por lo tanto, situamos a la educación como el eje principal de generador de oportunidades de un modo equitativo. Al fin y al cabo, INTEGRADOR


No queremos concluir esta entrada, sin mencionar lo que más fascina y a la vez, conmueve de ellos, que es la madurez que muestran. Una madurez impropia para su edad. La causa principal, es la realidad social en la que están inmersos, donde su entorno les ha empujado a crecer emocionalmente a pasos agigantados.

"En mi futuro no hay nada llamado esperanza", afirmaba Avijit, donde pone de manifiesto que ellos conocen otras posibilidades e imaginan con ellas, pero dan por sentado de que son inalcanzables, asumiendo la realidad en la que les ha tocado vivir, siendo inamovible e invariable para ellos; que meramente son lo que son, sueños. Aceptan su vida tal y como es, se resignan con ello. Pensamiento que se les ha ido inculcando desde su propia vivienda.

















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