En entradas anteriores, hemos ido tratando aquello que para
nosotros representa la cultura, en como vemos y entendemos aquellos
conocimientos que poco a poco van convirtiéndose en piezas indispensables en
nuestra formación y crecimiento como educadores y como personas pertenecientes
a una sociedad/comunidad, en la que vamos a precisar de ciertas acciones y
prácticas sociales para poder satisfacer ciertas necesidades indispensables
para poder encontrarnos insertos en dicha comunidad/sociedad.
Llegados a este punto, se precisa que los organismos públicos
generen políticas culturales que conlleve la puesta en marcha de acciones
socioculturales, pero que además nos doten de recursos, medios y actividades
para así poder satisfacer dichas necesidades. Dado que desde las
administraciones públicas no se oferta suficiente actividad en materia
cultural, surgen como alternativa acciones y proyectos elaborados, gestionados
y llevados a cabo desde la propia ciudadanía.
Estas "alternativas", nos desprenden de la
dependencia que se tiene de la administración para satisfacer la vida cultural,
cuando ésta (la cultura) debería ser satisfecha desde lo público y lo
cooperativo. Nos empeñamos en buscar segundas oportunidades desde el estanco e
insuficiente modelo subsidiario/dependiente, cuando lo que debemos hacer es
dotar de autonomía a la cultura desde lo público; ¿pero es realmente posible
una cultura autónoma desde administración pública sin tener que recurrir al
subsidiarísmo de la misma?
Tal vez lo que se precise sea eso, un cambio de gestión desde
la propia administración pública, para que ésta sea realmente pública. Y así lo
recalca Vicente González, miembro del Consell Valencià de Cultura, en el
artículo "Industrias Culturales" del periódico digital El País del
pasado día 24 de Febrero. En él, nos suscita cierta reflexión respecto a la
realidad de las políticas culturales a través de la siguientes palabras:
"Porque la cultura es un potentísimo motor económico que
tiene una alta tasa de retorno, como ha medido y demostrado, entre nosotros, el
informe Rausell de la Universitat de València. Porque forma, junto
con la educación, un par de fuerzas insustituible e inseparable para la
formación de los ciudadanos, que debe ser estimulado y protegido por el Estado,
y defendido de la voracidad y banalización del mercado. Para todo lo cual
además debe constituirse como excepción cultural en la fiscalidad de las arcas
públicas.
Los actores de la cultura, gestores o creadores, deseosos de
unas líneas de acción para un futuro razonable, sin héroes, tal vez puedan
encontrar en estas propuestas unas opciones con sentido, una utopía concreta."
A pesar de que creemos que debe potenciarse políticas
culturales desde la administración pública, que no es precisamente lo que a día
de hoy se está llevando a cabo (despiece de la cultura a través de recortes,
disminución de ayudas y partidas presupuestarias, etc.), nos plantemos ¿en qué
modo va a ser posible el potenciar la cultura desde políticas supuestamente
"públicas" si está llevándose a cabo algo totalmente opuesto? Desde
este posicionamiento, se hace connotativo que la sociedad, harta de no atisbar
una realidad lógica y justa, emprenda acciones culturales por su propia cuenta.
Y para lograr que las políticas culturales sean políticas que
la ciudadanía quiere, surgen proyectos como el de "Ahora tú decides, una nueva herramienta política que
ayuda a decidir qué acciones vamos a llevar a cabo, que pretende conseguir que cada ley o propuesta de
las instituciones sea decidido por los ciudadanos y no sean los representantes
los únicos que tomen decisiones. Llevando así la democracia a su máxima
expresión. Os dejamos el enlace (http://www.ahoratudecides.es/) para que podáis consultar esta
interesantísima propuesta de hacer democracia y tomar parte en la política.
El fin pues, de la misión ciudadana en cuestiones de política
cultural es que seamos capaces de "tomar las
decisiones importantes entre todos, en el que los representantes no puedan
formar estructuras de poder con intereses distintos a los de la
ciudadanía".
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